Hace poco me hice con un TTArtisan 23mm f1.4 porque me apetecía disparar en manual y esa experiencia con la mayoría de los fujinones no me terminaba de gustar. Quería algo manual del todo, con un anillo de enfoque que hiciera tope en infinito y tuviera un tacto agradable. Había oído cosas buenas de este objetivo, pero lo cierto es que me sorprendió lo bien construido que está, las sensaciones que transmite al usarlo y los resultados que se obtienen con él. Después de las típicas pruebas en casa disparando a libros, plantas, jarrones y cosas de madera, me lo llevé de paseo por La Laguna una mañana, enroscado en la XT2. Luz dura y un tipo de fotografía, la callejera, en la que nunca me siento cómodo, pero aquí les traigo unas muestras de...