Por desgracia, un buen % de lo que corre por internet es falso, y ese % se traslada al chatgpt y otros que no pueden/saben discernirlo.
Una de mis primeras preguntas al chatgpt, cuando ya existía la T5, me acabó diciendo que el sensor X-Trans V tenía 26Mpx, fui yo quien le dije que tenía 40Mpx, aunque me pidió disculpas y todo, qué majo (y este es el gran error que no paramos de cometer, es una máquina, ni majo ni feo).
Así es. He podido comprobarlo alguna vez, con algo muy concreto que se había publicado erróneamente acerca de una empresa y su ubicación.
La iA de Google, en este caso, daba por buena la información mala, haciéndola suya. Y la redifundía una u otra vez.
Lo mismo lleva años ocurriendo con la famosa enciclopedia global colaborativa, que ahora se revisa en algunas entradas y en otras sigue siendo como al principio: quien publica una entrada, establece una verdad asumida por tal vez millones de personas.
En ocasiones he podido comprobar errores de bulto, sobre todo en fechas o lugares de nacimiento de personas célebres.
Pero da igual, es la verdad universal, así la acatamos (uso el plural pero yo nunca me he fiado, prefiero las fuentes oficiales de lo que sea que busco, o las más serias y contrastadas).
Falta formación y falta voluntad de exigencia de veracidad.
Si nos conformamos con lo primero que nos cuenta el -nada casualmente- primer resultado de una búsqueda, ¿por qué no conformarnos con la oferta atrayente de cualquier estafador que hace bien su “trabajo” camuflándose bajo otra referencia que nos resulta fiable (en este caso, el nombre de Amazon)?
Falta criterio y faltan ganas de no dejarse estafar.
Esa es mi humilde opinión.