Mi amante acosadora. (Cada uno escribe sobre lo que espera).

Llevas, mujer, un tiempo
siguiéndome los pasos
y me temo que intentas
que lo abandone todo
y me vaya contigo.

Yo coqueteo al verte y notar tu presencia
y juego a desmayarme entre tus brazos,
como el funambulista bromea simulando
caer desde el alambre.

Y tú sigues el juego, insistes y me acosas,
sin que suponga un freno mi situación,
mi estado, mi familia, mis hijos y mis nietos;
o el hecho de que tenga amores suficientes, confesados o no.

Has recurrido incluso a darme celos,
accediendo como vulgar ramera
a meter en tu cama a mis amigos,
que cayeron rendidos a tus pies.
¡Mis mejores amigos…!

Me conoces y sabes
que soy sensible a la elegancia
de tus siempre ladinos ademanes
y de tu dulce voz, como el chelo que tocas

Y me excita tu cuerpo
de edad indeterminada:
ni tersura de joven,
ni flacidez de vieja centenaria.

Con total discreción viajas conmigo
hasta en trenes de muy larga distancia.
(Asientos separados para evitar sospechas).

A la vez que con frialdad me das la mano,
me hablas al oído con tu voz sugerente:
Todo en vano.

Me observas día y noche y yo percibo
tu presencia cansina e impaciente.
Porque jamás desistes en tu intento
de seducirme con tus tramposas artes.

Pero te costará lograrlo;
porque sin despreciarte, no soy tuyo.
Estoy bien como estoy
y no me falta nada que puedas ofrecerme.
(Y además las situaciones nuevas
me producen zozobra y ansiedad)

Por eso no te amo,
aunque a veces las dudas me atenacen
y quisiera abrazarte, reclinarme a tu lado,
apoyado en tu pecho,
esperando una noche con mil amaneceres.

Conforme pasa el tiempo me encuentro más cansado,
se incrementan mis dudas
y mi vulnerabilidad a tus broncos zarpazos.

No me gustas ahora,
ni nunca me has gustado,
¡no digamos quererte!
Y aunque muchos te busquen
sin haberlos llamado,
no eres irresistible: esa es mi suerte.

Mas no quiero engañarme:
acabarás logrando tu objetivo.
Y ganarás la guerra,
tras perder mil batallas.

Y acabaremos abrazados tiernamente hasta el fin de los días;
porque terca,
tenaz,
incansable
y paciente, conseguirás mi amor,

mi muerte amiga.

Abril 2015

VIOLONCELISTA.jpg
 
Aclaro que ni en el texto escrito hace años (con vocación de poema), ni en la imagen agresivamente editada he utilizado IA. Habrá que ir buscando algún certificado de autenticidad o algún contraste, dados los tiempos que se avecinan y lo rápido que la IA evoluciona.:(
 
Bueno, bueno Antonio! Confieso que me estabas escandalizando a medida que leía las estrofas.
Pero el broche del final, estilo "El Sexto Sentido", me ha aclarado lo que no veía implícito.
Muy bueno el final... y ahora el texto!
En cuanto a la foto, a pesar de la sobre edición, me gusta mucho dentro de ese contexto. Aunque también te digo que eso de coquetear con esa bella señora no mola! 🤣
 
Atrás
Arriba