Así es. La semana que viene andaré por la zona y seguro que algún rato intentaré (si la compañía lo permite) acercarme a ver si sigue en pie el edificio donde viví, un piso octavo encima de una sucursal del Banco de Bilbao. Claro que eso fue en el Pleistoceno y a lo mejor ni existe.
A ver si tengo suerte y vuelvo a ver alguna trainera, aunque sea entrenando, hace mil años que no he vuelto