En el entierro de Mariano José de Larra (que se suicidó con 27 años de un disparo en la sien) se dio a conocer un jovencísimo Zorrilla con el poema que comienza así:
"
Ese vago clamor que rasga el viento
Es la voz funeral de una campana:
Vano remedo del postrer lamento
De un cadáver sombrío y macilento
Que en sucio polvo dormirá mañana."
"
Ese vago clamor que rasga el viento
Es la voz funeral de una campana:
Vano remedo del postrer lamento
De un cadáver sombrío y macilento
Que en sucio polvo dormirá mañana."